
Argentina ha comenzado a diversificar su matriz energética, con un enfoque creciente en las energías renovables. En 2024, la capacidad instalada de energía renovable aumentó en un 20%, y se espera que esta tendencia continúe en los próximos años. La energía solar y eólica son las fuentes renovables más utilizadas, especialmente en el sur del país, donde las condiciones son óptimas para estos tipos de energía.
El gobierno ha implementado varias políticas para promover la inversión en energías renovables, como incentivos fiscales para las empresas que invierten en este sector. Además, ha establecido metas ambiciosas para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, en línea con los compromisos internacionales de Argentina para combatir el cambio climático.
Aunque la transición hacia energías renovables es prometedora, enfrenta varios desafíos. La infraestructura de almacenamiento de energía y la necesidad de modernizar la red eléctrica son áreas en las que se debe seguir invirtiendo. Además, el costo inicial de las instalaciones de energía renovable sigue siendo una barrera para algunas empresas y hogares.
A pesar de estos obstáculos, la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles es crucial para el futuro energético de Argentina. La clave estará en mantener el impulso de la inversión y asegurarse de que las políticas sean sostenibles a largo plazo.